Mas que un nuevo peluquero, una nueva actitud !!

Lo pensé mucho y sin duda era tiempo para un cambio de estilo.  Así que me levante muy temprano y fui al salón de belleza, cuando llegue me informaron que mi peluquera  estaba de vacaciones y que regresaría en dos semanas.  Salí de allí sin saber que hacer.  Después de caminar un rato decidí que no podía esperar por ella y que tal vez debía tratar a alguien nuevo.  Algo que me asustaba mucho porque y si no me recorta bien? si me daña mi pelo? si me corta demasiado? Eran muchas las preguntas que me hacia yo misma, producto de mi inseguridad y miedo al cambio y a lo desconocido.  A pesar de las dudas decidí aventurarme y entrar a un salón en el que nunca había estado.  Llena de miedo e inseguridad hable con una chica que as su vez le pregunto a un peluquero si quería atenderme.

Llena de miedo me senté luego de lavarme el pelo y el empezó a cortar, con cada tijeraso temblaba y les confieso que oraba jajaja y me arrepentía de no haber esperado a mi peluquera de siempre.  Termino y me entro en el secador de pelo, aun seguía nerviosa con el pelo mojado no se veía muy mal pero no sabia aun como había quedado.

Mientras me secaba y pensaba en lo que estaba viviendo, empecé a preguntarme porque estaba tan asustada.  Después de todo nunca salía totalmente contenta y satisfecha con el trabajo de mi peluquera pero igual seguía volviendo donde ella porque aunque no hacia lo que le pedía tampoco hacia una locura, en fin la conocía y ella me conocía a mi de muchos años.  Nunca había querido coger ese riesgo de tratar a otra persona.  Su trabajo no era excelente pero yo me conformaba con eso y comencé a ponderar y darme cuenta que en todo esto había una lección espiritual.  Que esto era más que un nuevo peluquero. 

Vino a mi espíritu el verso donde dice “voy hacer algo nuevo” Isaías 43:19 más sin embargo porque nosotros sus hijos, los hijos del Dios que hace algo nuevo todos los días, seguimos en el mismo lugar, en la misma situación.

No estamos totalmente felices con nuestras vidas, con nuestro trabajo, con nuestra situación actual pero estamos cómodos, acostumbrados.  El  miedo a lo desconocido, al cambio nos hace quedarnos en el mismo lugar.  Por años estancados, en ocasiones nos quejamos, pero seguimos ahí porque aunque esa situación no es la ideal es mejor que tratar algo nuevo.  No estamos dispuestos a tomar el riesgo de lanzarnos a lo desconocido aunque haya la posibilidad de que sea mejor que lo que tenemos. 

Dios quiere darnos algo nuevo, algo mejor, mucho mas excelente de lo que podemos imaginar pero para recibir lo que Dios tiene para nosotras tenemos que salir de nuestra zona de conforte, salir de nuestro rutina, poner a un lado el miedo y la inseguridad.  No podemos recibir las nuevas bendiciones que Dios tiene para nosotras si no soltamos lo viejo.  No se puede echar vino nuevo en odre viejo porque se hecha a perder el odre y se derrama el vino. No podemos recibir las bendiciones de Dios  para nuestras vidas si no soltamos lo que tenemos en las manos.  Este es el tiempo de dejar, soltar y cortar todas esas cosas en nuestras vidas que nos impiden recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotras.

Mientras meditaba en eso se paro el secador de pelo, el peluquero empezó a terminar de arreglarme el cabello y no crean que estaba menos asustada que al principio pero ahora eran nervios mezclado con excitación, quería ver el resultado ya.  El hizo unas cuantas cosas y corto un poco mas y yo nerviosa y ansiosa por que terminara. Al fin termino y pude respirar tranquila.  Me encanto ¡! Tanto que le dije que volvería para terminar con mi transformación.  Desde ese momento Peter se convirtió en mi nuevo peluquero.

Reinas no dejen que el miedo a lo nuevo, a lo desconocido las detenga de recibir lo que Dios quiere darles. El Señor te dice “¡Voy a hacer algo nuevo!”  Todo lo que tienes que hacer es soltar lo que tienes en las manos, y extenderlas y recibir lo que Dios quiere darte.